domingo, 31 de agosto de 2008

EDUCACION

Ahora conoceremos un poco del concepto de la educacion pero tomando en cuenta algunos antecedentes historicos.
La educación, es el proceso por el cual, el ser humano, aprende diversas materias inherentes a el. Por medio de la educación, es que sabemos como actuar y comportarnos sociedad. Es un proceso de sociabilización del hombre, para poder insertarse de manera efectiva en ella. Sin la educación, nuestro comportamiento, no sería muy lejano a un animal salvaje.
La educación nos es impartida, desde la infancia. Ya en la lactancia, el niño comienza a crear vínculos sociales, con quienes lo rodean. El ser humano, está constantemente, en un proceso de educación. El hombre es una verdadera esponja, el cual va reteniendo información, con todo aquello con que interactúa.
En la antigüedad, si tomamos Roma, por ser uno de los íconos de desarrollo intelectual y de poderío militar, la educación primaria, se les dejaba a las nodrizas. Las cuale se encargaban de todos los detalles, del desarrollo del infante. Desde su alimentación, hasta el hecho de que aprendieran a hablar. Los padres, prácticamente, no tenían ninguna ingerencia en la educación del niño. Aquellos que pertenecían a la aristrocacia, recibían los primeros años, la instrucción de un profesor particular. Los cuales proveían al niño, de sus primeros conocimientos, necesarios para su posterior paso al colegio, cuando llegara a la pubertad. El ser una persona ilustrada en Roma, era algo que se valoraba bastante. Pero en cuanto a los aristócratas, era una obligación. Ya que en Roma, pesaba mucho la vara que dejaron los griegos, en la época de oro, del clasicismo. Los romanos, no podían ser menos, de lo que fueron los griegos. Esa era un poco la consigna.
Recién llegados al colegio, los varones y mujeres, eran raudamente suministrados, de diversos contenidos informativos. Desde el griego hasta el deporte. Un aspecto importante, era la enseñanza de las mitologías romanas. Lo que hoy en día sería, la historia religiosa de cada pueblo. Los romanos creían en varios dioses, por lo que eran politeístas. Era relevante conocer a cada dios, tanto lo que se esperaba de el, como lo que aquella deidad, esperaba de cada romano. Hoy en día, los hombres y mujeres, consiguen su independencia, luego de sus estudios superiores, al momento de encontrar un trabajo (situación que es la ideal, para cada ser humano), pero los romanos no. Ellos dependían hasta adultos de la autoridad del padre. Sólo podían formar su propio destino, luego de la muerte de este.
En la actualidad, existen diversos ámbitos en los cuales recibimos educación. Uno de los más fundamentales, para todo ser humano, es el formal. Que es aquella educación, que imparten los diversos establecimientos educacionales presentes en toda sociedad (colegios, universidades, institutos, etc). Los cuales se guían por mallas curriculares, establecidas por directrices gubernamentales. Son estos establecimientos, quienes entregan una educación formativa, a nivel intelectual en base de conocimientos prácticos, los cuales permitirán a la persona, insertarse en la sociedad como uno más de ella. Por medio de esta educación, es que la persona, podrá desempeñarse en algún puesto laboral. Medio por el cual, se rige la existencia humana de hoy en día. Ya que por medio de este camino, es que logrará que su descendencia, vuelva a cumplir el mismo ciclo. Educación basada en la enseñanza de diversas materias, las cuales el alumno debe asimilar, para luego rendir un examen y así demostrar que las maneja. Método de educación, que en la actualidad, posee diversos detractores. Ya que se basa, para ellos, en la memorización, más que en la comprensión de las mismas materias.

viernes, 29 de agosto de 2008

NOTICIA 2

Y AHORA LA EDUCACION QUE?

Por si no fuera suficiente con la crisis económica, nos recuerdan encima que seguimos sin resolver el viejo problema educativo. Y que, sin arreglar este instrumento tan determinante en la formación del mejor capital con el que hoy se puede contar, no pensemos en asegurar un futuro de bienestar para el país en su conjunto.Que no terminamos de solucionar el problema educativo parece evidente. El reciente informe de la OCDE («Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE») ofrece datos desalentadores acerca de la educación española; nos dice, en concreto, que el 31% de los alumnos, procedentes en su mayor parte de los entornos más desprotegidos, salen del sistema educativo sin ningún título, lo que supone el doble que la media europea (un 14,8 %). No hace falta decir que así resulta difícil lograr el objetivo establecido por la Declaración de Lisboa para el 2.010, y que fija la tasa de abandono por debajo del 10% en la ESO. Casi nada. Resulta evidente, pues, la enorme incapacidad de la institución escolar para aportar a demasiados individuos la cualificación y los valores con que incorporarse a la sociedad. Y mira que se ha venido intentando mejorarlo en las últimas décadas. Pero nada; planteamientos políticos inapropiados han impedido la tranquilidad necesaria para trabajar en torno a un proyecto modernizador de la educación española. Se pensó que con promulgar leyes sería suficiente, cuando la realidad ha demostrado que tan sólo con ellas no se garantiza ni el cambio ni la mejora.No hay más que ver las altas tasas de fracaso escolar. Tras las imprescindibles reformas de los años 80 del siglo pasado, lo que ha seguido es demasiado ruido innecesario. Ciertamente, después de aquellos esfuerzos llevados a cabo en los años setenta por amplios sectores del profesorado en favor de una renovación pedagógica que superara la escuela tradicional, se inicia en los años ochenta un proceso de reformas educativas que, acompañadas del equipamiento necesario, pretendían lograr una escuela pública capaz de educar a todos, compensando los efectos de las desigualdades sociales. En suma, homologar nuestro sistema educativo al de los países europeos más avanzados. Este parecía ser el camino a seguir para superar las enormes carencias que el franquismo dejaba. Pero no sería así. Lo que se impuso de manera inmediata fue la incapacidad para desarrollar en la práctica todas las posibilidades que ofrecía la reforma contemplada en la LOGSE; y es que, como dice Antonio Bolívar, hay ocasiones en que, cuando la propuesta de cambio llega a los centros, puede quedar como "una canción de la que se tararea la música, pero ya no se recuerda la letra". Una incapacidad alentada, como bien se sabe, por el triunfo electoral de una opción política conservadora que negaba esa tendencia innovadora. Lo cierto es que, desde entonces, la educación vive en una permanente inestabilidad generada por una sucesión de reformas cuya única justificación parece radicar en negar todo lo anterior. Lo que sólo se explica por la actuación necia de algunos atrevidos. Esos que, despreciadores de todo lo hecho, se comportan como ridículos Adanes tratando de explicarnos las cosas como si éstas acabaran de surgir. Como si nadie hubiera reparado en ellas. Eso sí, sin aportar los recursos necesarios: España dedica hoy a educación un 4,4% del PIB, menos de lo que gastaba en 1995 y lejos de la media de la UE, que está en el 5,3.Parece mentira que acabara en esto todo aquel afán de tantos profesores por asegurar que sus prácticas respondieran a lo que la nueva sociedad les pedía. Pero así es; en vez de seguir con aquel proceso de innovación y mejora -la única forma de que el profesorado pudiera cambiar "la estructura profunda de la enseñanza", al decir de los profesores Fullan o Guarro Pallás-, se ha preferido el salto en el vacío o los episodios puntuales que a poco conducen. Planes solapados y aparatosos proyectos -en ocasiones para acabar en el ridículo de un simple cambio terminológico- que lo único que hacen es acentuar la inseguridad y el fracaso.Demasiado barullo e ineficacia. Así no termina de crearse el necesario clima de trabajo en los centros, tan determinante en el logro de los objetivos de la enseñanza. Así no acaban de definirse unos programas y estilos de enseñanza con los que educar a todos, facilitando el desarrollo de sus capacidades o la inserción en el mundo laboral. Así resulta imposible consolidar una autonomía pedagógica o una organización escolar que considere verdaderamente que cada centro es único y con unos alumnos determinados. Como tampoco es posible contar con un adecuado sistema de formación permanente articulado con el curriculo y capaz de facilitar el desarrollo profesional de los docentes.En fin, que quedan aún pendientes muchas cosas y de enorme valor para lograr un sistema educativo eficaz. Algo que necesariamente pasa por acabar con esa insensatez política que tantos palos de ciego viene dando. A partir de ahí, habrá que echar mano del rigor intelectual y de los principios ideológicos para aportar los recursos necesarios o retomar el camino de la innovación. Sólo así será posible atender de manera adecuada a todos los alumnos y actualizar el sistema: una de las pocas formas de acabar con tanto fracaso como éste del que nos habla la OCDE.Un fracaso escolar que, como bien recuerda Daniel Pennac, crea una enorme desesperanza en muchos jóvenes, que ven cómo su escaso bagaje formativo les impide encontrar un sitio en la sociedad. Pero no sólo esto; un fracaso que, además de angustiar a muchas familias, tiene su influencia negativa en esta sociedad del saber y de la información -es verdad que las TIC han venido para quedarse, al igual que la globalización-, que tanto necesita del capital humano creado en la institución escolar para poder participar del progreso. Y, por supuesto, para salir de la crisis. A no ser que se niegue, que ésa es otra.

***Uno de los grandes problemas en todas las sociedades es la economia y por esta causa en muchas opcasiones la educacion no avanza pero sobre todo el desarrollo de las sociedades se va atrasando. En muchas ocasiones las exigencias de las sociedades es lo que hace que cambie y que se adapte a la modernidad y a el avance tecnologico y cientifico en todos los sectores; ya que si existe economia podra existir educacion de calidad por que las instituciones estaran en continuo desenvolvimiento en base de lo que ya se mencionaba por medio de la tecnologia; pero para que se de la calidad de la educacion es necesario comenzar con esta para el desarrollo economico alto del pais.

martes, 26 de agosto de 2008

NOTICIA DE EDUCACION 1

Silvano Andrés de la MorenaAveces da la sensación de que estos dos valores tan anhelados por las sociedades modernas, por los que se ha peleado con denuedo en los últimos dos siglos, fueran simples instrumentos para lanzar a los demás, estrategias de desgaste, palabras huecas y no objetivos y valores de carácter universal, en los que se pueden encontrar puntos de convergencia. España es un país con tendencia permanente a la huera disensión, un país escasamente cultivado, lleno de prejuicios, en el que predomina todavía el enfrentamiento premoderno, a pesar de que se nos dice que llevemos cerca de tres décadas de postmodernismo. En el fondo, y disculpen el atrevimiento, algunos se empeñan en demostrar que todavía renuncian a la Ilustración. Las discusiones sobre relativismo, objeción de conciencia o valores eternos, alcanzan escaso rigor en los medios de comunicación, aunque tengan pretensión academicista. Se pontifica mucho y se discute poco, por lo que se quedan muchas veces en meros pasquines aireados para intereses propios. Se habla desde algunas instancias del “derecho a la educación”. La verdad es que en nuestro país la educación no sólo es un derecho, sino que es una obligación, un imperativo legal. Al menos, la escolarización, aunque éste es otro tema y no precisamente menor. Quienes tanto hablan del derecho a la educación olvidan que todos lo tenemos garantizado por ley y olvidan también que ese derecho lo impone el Estado. Olvidan también que, cuando invocan ese sintagma, en el fondo lo que hacen es describir otra cosa: el “yo quiero tener el tipo de educación que yo quiero tener”. Pura tautología, que, además, la buscan no para ellos sino para terceros, que son los hijos, a los que todos, todos, queremos un montón. No unos más que otros. Suele suceder también que los invocadores de tal principio llevan a sus hijos, en una notable proporción, a centros en los que el adoctrinamiento es un hecho empíricamente comprobado, cuando los centros de enseñanza, exceptuando los privados sensu stricto, deberían ser plurales y carecer de línea ideológica definida, pues los concertados no son centros privados, sino públicos, que reciben dinero de la administración. Pero ya sabemos en qué realidad vivimos. Y sabemos también cuántas hipocresías se extienden por el mundo. Cuando ciertos aspectos de la realidad social, humana e incluso física se convierten en pura ideología, la discusión serena y racional tiende a ser un imposible, porque cada uno lanza su arenga, busca sus objetivos y cree estar en posesión de la verdad. Acaba de empezar el curso escolar y ya tenemos, una vez más, la polémica, voluntarista, artificial y artificiosa, sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía, convertida en el blanco de todas las lanzas del Partido Popular, de la Iglesia (aunque la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal dio un giro en su reunión del jueves) y de algunas asociaciones de padres, que no llegan a diferenciar entre cumplimiento de la ley, educación de los hijos, objeción de conciencia, ética, moral, idearios y no sé cuántos conceptos más, que se usan como estropajo tanto para un barrido como para un fregado.HERALDO DE SORIA ha sido también canal de debate sobre esta asignatura en los últimos días. Resulta curioso que algunos ciudadanos, siempre pacíficos en su vida diaria, se lanzan al ruedo de una dialéctica pasional cuando surgen determinadas cuestiones que convierten en batalla ideológica so pretexto de que en ello les va el futuro de sus hijos, vidas y hacienda. Lo primero que deberíamos saber todos los ciudadanos de un estado democrático, con un Gobierno legal y legítimo y con un Parlamento que elabora leyes, reglamentos y otros tipos de normas, es que la ley, por definición, se tiene que cumplir, incluso aunque no nos guste. Se podrá recurrir, se podrá disentir, pero no se puede dejar de cumplir, a no ser que uno esté dispuesto a acabar en los tribunales. Por eso, resulta tan sorprendente como sospechoso que el PP aprobara, en la llamada a capítulos a los consejeros de educación de las comunidades autónomas que gobierna, un texto como el siguiente, del apartado 2 de su declaración: “El Partido Popular respeta y apoya tanto a los padres que hayan ejercido el derecho de la Objeción de Conciencia como a los que no, así como valora positivamente el reconocimiento del mismo por parte de algunos Tribunales Superiores de Justicia”. Por cierto, esta declaración hace un flaco servicio a la Junta de Castilla y León, que con acertado criterio se ha venido mostrando razonablemente prudente y en el justo camino del respeto a la ley. El señor consejero de Educación, Juan José Mateos, en coherencia con la postura de la Junta, no acudió a la reunión y envió a su segundo, lo que hace suponer que se sabrá mantener en la postura de impartir la asignatura con normalidad, como no puede ser de otra forma, y no aceptará la objeción de los padres, al tiempo que les informará de los riesgos que acarrea para sus hijos. La realidad es que, en Castilla y León, sobre más de 350. 000 alumnos, ha habido sólo unos 1.500 escritos de objeción, muchos de los cuales se ha sabido que estaban firmados por personas que no tienen hijos en edad escolar. Según la consejería, sólo ha habido ¡¡153!! objeciones. La Junta ha sabido optar por el camino adecuado, el de la ley y el de la gran mayoría que acepta que sus hijos cursen el currículum establecido.La gravedad está, no obstante, en que en la susodicha reunión, celebrada el pasado lunes, día 22, el primer partido de la oposición llame nada menos que a la rebelión legal, confundiendo objeción con oposición, pues aquélla se utiliza como arma contra un gobierno. ¿Acaso no saben que la Constitución Española sólo defiende la objeción frente a una mili ya desaparecida, que el Constitucional dijo en 1987 que la objeción se debe “delimitar” por ley, que la Constitución se cumple en su totalidad como corpus jurídico uno e indivisible? ¿Acaso no sabe el PP que no se puede objetar por razones religiosas ni filosóficas ni morales? ¿No lo saben también las asociaciones que se oponen? De momento, cuatro sentencias aseguran que no cabe acogerse legalmente a esa objeción, aunque bien es cierto que otras dos, procedentes de Andalucía, lo califican como “un derecho de los padres”. Ante esta diversidad, el Tribunal Supremo tendrá la penúltima palabra y no se descarta que acabe en el Constitucional. La crispación vuelve a estar servida.Las escenas vistas días atrás en la Comunidad valenciana dicen poco a favor de la forma de trabajar de una sociedad moderna y de una administración responsable. Asistir al espectáculo nada ejemplarizante de dos profesores en la misma aula donde uno habla en castellano o valenciano y el otro lo traduce al inglés con el único objetivo de que los alumnos no se enteren de nada es bochorno, aberración pedagógica, dislate didáctico y va contra la educación de los hijos. Cualquiera puede defender la desaparición de la Educación para la Ciudadanía, porque estamos en un país democrático, pero deberá hacer valer argumentos, no puro programa ideológico para combatir algo a lo que achaca de ideología. O el voto, si pretende que haya un cambio en el Parlamento español. Mientras la asignatura esté ahí, forma parte del currículum, aprobado con todas las garantías. Personalmente, puedo incluso tener mis dudas respecto de su necesidad, pero, desde luego, no por las débiles y premodernas razones que sus perseverantes oponentes alegan. Un par de apuntes sobre las opiniones de días atrás en HERALDO DE SORIA. Sorprende cómo dos de los tres artículos aparecidos cumplen más los requisitos del mitin que los de un texto sereno de reflexión analítica. La señora Rubio, en su abstrusa respuesta al profesor Jesús Martínez Velasco, elude argumentos consistentes y recurre al bélico argumentum ad hominem. Por su parte, el señor De Borja Lucena barre para su molino con sutileza retórica, pero desvía la atención de los reales objetivos de la asignatura y dogmatiza el principio liberal de libertad, que cree atacado por el gobernante. Desde la experiencia de treinta años en el aula, me sorprende que se siga sosteniendo que el Gobierno obliga a los alumnos a pasar por las horcas caudinas ideológicas a través de la EpC, una asignatura, por cierto, tan flexible que cada uno puede adaptarla a su ideario. ¿No será que, en el fondo, se dirimen otras realidades no explicitadas?

*** En Mexico la educacion como bien se sabe es una de las mejores herencias que se pueda tener, sin embargo existen algunos factores que giran en torno a este de manera negativa a lo que comunmente le llamamnos problemas de la educacion. Algunos de los mas mencionados son la permanencia escolar, desercion escolar, fracaso escolar, reprobacion, problemas economicos, problemas sociales, salud, etc. Pero como poder combatir estas dificultades solo con tecnicas que sean muy acordes pra el problema como mejorando el curriculum de acuerdo a las necesidades basicas del aprendizaje.

Pero viendo esto desde otra perspectiva el gobierno trata de darle solucion imitando las enseñanzas de otros paises por lo que en ocasiones esto no funciona como se espera por que la poblacion mexicana es distista de los demas paises y las tecnicas deben de ser diferentes. Lo mejor sera procurar introducir alternativas que vayan de acuerdo con nosotros y asi de esta manera podremos incrementar el indice de efectividad de la educacion.

lunes, 25 de agosto de 2008

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solo espero que a todos aquellos que visiten mi pagina les sea de gran utilidad toda la informacion que en ella encontraran, de antemano gracias por el interes, curiosidad y tiempo brindado.