viernes, 29 de agosto de 2008

NOTICIA 2

Y AHORA LA EDUCACION QUE?

Por si no fuera suficiente con la crisis económica, nos recuerdan encima que seguimos sin resolver el viejo problema educativo. Y que, sin arreglar este instrumento tan determinante en la formación del mejor capital con el que hoy se puede contar, no pensemos en asegurar un futuro de bienestar para el país en su conjunto.Que no terminamos de solucionar el problema educativo parece evidente. El reciente informe de la OCDE («Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE») ofrece datos desalentadores acerca de la educación española; nos dice, en concreto, que el 31% de los alumnos, procedentes en su mayor parte de los entornos más desprotegidos, salen del sistema educativo sin ningún título, lo que supone el doble que la media europea (un 14,8 %). No hace falta decir que así resulta difícil lograr el objetivo establecido por la Declaración de Lisboa para el 2.010, y que fija la tasa de abandono por debajo del 10% en la ESO. Casi nada. Resulta evidente, pues, la enorme incapacidad de la institución escolar para aportar a demasiados individuos la cualificación y los valores con que incorporarse a la sociedad. Y mira que se ha venido intentando mejorarlo en las últimas décadas. Pero nada; planteamientos políticos inapropiados han impedido la tranquilidad necesaria para trabajar en torno a un proyecto modernizador de la educación española. Se pensó que con promulgar leyes sería suficiente, cuando la realidad ha demostrado que tan sólo con ellas no se garantiza ni el cambio ni la mejora.No hay más que ver las altas tasas de fracaso escolar. Tras las imprescindibles reformas de los años 80 del siglo pasado, lo que ha seguido es demasiado ruido innecesario. Ciertamente, después de aquellos esfuerzos llevados a cabo en los años setenta por amplios sectores del profesorado en favor de una renovación pedagógica que superara la escuela tradicional, se inicia en los años ochenta un proceso de reformas educativas que, acompañadas del equipamiento necesario, pretendían lograr una escuela pública capaz de educar a todos, compensando los efectos de las desigualdades sociales. En suma, homologar nuestro sistema educativo al de los países europeos más avanzados. Este parecía ser el camino a seguir para superar las enormes carencias que el franquismo dejaba. Pero no sería así. Lo que se impuso de manera inmediata fue la incapacidad para desarrollar en la práctica todas las posibilidades que ofrecía la reforma contemplada en la LOGSE; y es que, como dice Antonio Bolívar, hay ocasiones en que, cuando la propuesta de cambio llega a los centros, puede quedar como "una canción de la que se tararea la música, pero ya no se recuerda la letra". Una incapacidad alentada, como bien se sabe, por el triunfo electoral de una opción política conservadora que negaba esa tendencia innovadora. Lo cierto es que, desde entonces, la educación vive en una permanente inestabilidad generada por una sucesión de reformas cuya única justificación parece radicar en negar todo lo anterior. Lo que sólo se explica por la actuación necia de algunos atrevidos. Esos que, despreciadores de todo lo hecho, se comportan como ridículos Adanes tratando de explicarnos las cosas como si éstas acabaran de surgir. Como si nadie hubiera reparado en ellas. Eso sí, sin aportar los recursos necesarios: España dedica hoy a educación un 4,4% del PIB, menos de lo que gastaba en 1995 y lejos de la media de la UE, que está en el 5,3.Parece mentira que acabara en esto todo aquel afán de tantos profesores por asegurar que sus prácticas respondieran a lo que la nueva sociedad les pedía. Pero así es; en vez de seguir con aquel proceso de innovación y mejora -la única forma de que el profesorado pudiera cambiar "la estructura profunda de la enseñanza", al decir de los profesores Fullan o Guarro Pallás-, se ha preferido el salto en el vacío o los episodios puntuales que a poco conducen. Planes solapados y aparatosos proyectos -en ocasiones para acabar en el ridículo de un simple cambio terminológico- que lo único que hacen es acentuar la inseguridad y el fracaso.Demasiado barullo e ineficacia. Así no termina de crearse el necesario clima de trabajo en los centros, tan determinante en el logro de los objetivos de la enseñanza. Así no acaban de definirse unos programas y estilos de enseñanza con los que educar a todos, facilitando el desarrollo de sus capacidades o la inserción en el mundo laboral. Así resulta imposible consolidar una autonomía pedagógica o una organización escolar que considere verdaderamente que cada centro es único y con unos alumnos determinados. Como tampoco es posible contar con un adecuado sistema de formación permanente articulado con el curriculo y capaz de facilitar el desarrollo profesional de los docentes.En fin, que quedan aún pendientes muchas cosas y de enorme valor para lograr un sistema educativo eficaz. Algo que necesariamente pasa por acabar con esa insensatez política que tantos palos de ciego viene dando. A partir de ahí, habrá que echar mano del rigor intelectual y de los principios ideológicos para aportar los recursos necesarios o retomar el camino de la innovación. Sólo así será posible atender de manera adecuada a todos los alumnos y actualizar el sistema: una de las pocas formas de acabar con tanto fracaso como éste del que nos habla la OCDE.Un fracaso escolar que, como bien recuerda Daniel Pennac, crea una enorme desesperanza en muchos jóvenes, que ven cómo su escaso bagaje formativo les impide encontrar un sitio en la sociedad. Pero no sólo esto; un fracaso que, además de angustiar a muchas familias, tiene su influencia negativa en esta sociedad del saber y de la información -es verdad que las TIC han venido para quedarse, al igual que la globalización-, que tanto necesita del capital humano creado en la institución escolar para poder participar del progreso. Y, por supuesto, para salir de la crisis. A no ser que se niegue, que ésa es otra.

***Uno de los grandes problemas en todas las sociedades es la economia y por esta causa en muchas opcasiones la educacion no avanza pero sobre todo el desarrollo de las sociedades se va atrasando. En muchas ocasiones las exigencias de las sociedades es lo que hace que cambie y que se adapte a la modernidad y a el avance tecnologico y cientifico en todos los sectores; ya que si existe economia podra existir educacion de calidad por que las instituciones estaran en continuo desenvolvimiento en base de lo que ya se mencionaba por medio de la tecnologia; pero para que se de la calidad de la educacion es necesario comenzar con esta para el desarrollo economico alto del pais.

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